La periodontitis es una enfermedad inflamatoria que afecta a los tejidos que hay alrededor del diente (y que reciben el nombre de periodonto).

Si no se diagnostica y se trata a tiempo, puede provocar la pérdida dental y, en determinados casos, repercutir en la salud general de quien la padece.

¿Cuáles son las causas?

Las enfermedades de las encías o enfermedades periodontales se producen por la acción de las bacterias, más de 700 tipos, que habitualmente viven en la boca. Éstas se depositan en los dientes, las encías e incluso sobre las restauraciones. En muchas ocasiones, sucede que la higiene oral es incorrecta, incompleta o insuficiente, lo que hace que las bacterias proliferen, se agrupen y se lleguen a acumular en forma de biofilm o placa bacteriana.

Además, hay otros muchos factores vinculados a esta enfermedad como el tabaco, el estrésenfermedades sistémicas (por ejemplo, la diabetes), defensas bajas o cambios hormonales (por ejemplo el embarazo o la menopausia).

Por ello, la progresión de las enfermedades periodontales y la gravedad de la destrucción de los tejidos orales se verá condicionada, además de por factores de riesgo genéticos, por la presencia de uno o varios de estos factores ambientales.

Nos vamos a centrar en el factor del tabaquismo. Pero primero, vamos a conocer los síntomas generales de la periodontitis.

¿Cuáles son los síntomas?

El principal y primer signo es el sangrado de las encías, espontáneo o durante el cepillado, y el enrojecimiento. Además, puede haber: mal alientohipersensibilidad al fríoretracciones de encíamovilidad o separación de los dientes y en casos avanzados, abcesos o flemones.

Sin embargo, en personas fumadoras, la enfermedad suele diagnosticarse más tarde, pues el tabaco reduce el flujo sanguíneo, por lo que, en ocasiones, el sangrado de encías no se manifiesta hasta fases más avanzadas de la enfermedad. Por ello, es conveniente que los fumadores presten una especial atención a la salud de sus encías, además de intentar dejar de fumar, pues las personas que fuman tienen hasta tres veces más riesgo de padecer periodontitis y de que ésta progrese más rápidamente, además de los múltiples perjuicios para la salud que conlleva este hábito.

Los fumadores tienen mayores niveles de bacterias patógenas en el periodonto y presentan una disminución de las defensas de la encía frente al ataque bacteriano ya que la encía recibe un menor aporte sanguíneo y de oxígeno. Esto justifica que estas bacterias dañinas produzcan una mayor destrucción del conjunto de elementos de sujeción del diente. Por ello, el tabaco es el factor de riesgo más importante para la evolución de la enfermedad periodontal y el número de cigarrillos está relacionado directamente con el grado de severidad de la periodontitis.

Cabe aclarar que el tabaco no causa directamente la enfermedad pero la agrava significativamente.

¿Cómo tratar la enfermedad?

Su tratamiento se fundamenta en tres pilares:

  • La fase básica incluye el raspado y el alisado radicular (limpieza manual por debajo de las encías) junto a la enseñanza de instrucciones en higiene específicas y su cumplimiento.
  • En determinados casos, es necesario pasar a una segunda fase de tratamiento en la que se realizan pequeñas cirugías de las encías para corregir los defectos que pueda haber dejado la enfermedad.
  • Por último, es imprescindible seguir un programa de mantenimiento o seguimiento para prevenir o controlar la posible aparición de recaídas, aún más si persiste la presencia de  factores de riesgo antes mencionados.

El problema en los pacientes fumadores es que responden peor al tratamiento,  teniendo una mayor probabilidad de recidiva de la periodontitis y mayores posibilidades de infección subgingival.

Por todo ello, es fundamental dejar de fumar o tratar de reducir el consumo de tabaco, ir a la revisiones indicadas por el periodoncista y tener una higiene muy metódica, con la ayuda de los cepillos interdentales y cinta dental.

Consejos generales para prevenir la periodontitis

  • Cepillarse los dientes al menos 2 veces al día, prestando especial dedicación al cepillado de la noche, que nunca se debe olvidar.
  • Usar cepillos interdentales y cinta o hilo dental, pues sólo con el cepillado no se puede llegar a todos los rincones de la boca. Cepillar también la lengua cada día, ya que en su superficie se retienen bacterias. Se Puede complementar la higiene con un enjuague bucal, en caso de que sea necesario, y siempre siguiendo las recomendaciones del dentista o higienista.
  • Evitar ciertos alimentos, como los alimentos ricos en azúcar, incluidas las bebidas refrescantes con gas. Las bacterias que habitan en la boca transforman los azúcares en ácidos, y éstos, a su vez, atacan el esmalte dental y provocan la aparición de la caries y otras enfermedades bucales.
  • Apuesta por una alimentación sana y variada, que también puede ayudar a mejorar tu salud bucodental. Algunos de los alimentos más sanos para tu boca son algunas frutas (arándanos, kiwi, uvas) y todos aquellos alimentos ricos en grasas insaturadas Omega 3, como el pescado azul (salmón, caballa) y los frutos secos (nueces). También, bebidas como el té verde, por sus propiedades antioxidantes.
  • Cuidarse especialmente en caso de embarazo. Los cambios hormonales pueden repercutir en la salud bucodental.
  • Máxima precaución ante ciertas enfermedades. Vigilar especialmente la salud oral  en caso de diabetes o de sufrir alguna enfermedad cardiovascular. Estudios científicos han demostrado la relación directa entre estas dos patologías y los problemas periodontales.
  • Prestar más atención en caso de predisposición genética. Prevenir desde edades tempranas cualquier atisbo de problema y actuar de forma adecuada y rápida.
  • Acudir sin falta a las revisiones anuales con tu dentista.

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